Cuando eras pequeño, todo eran sueños, todo daba igual. No cómo ahora, que sufres y lloras.
Pero cuando creces te das cuenta, de que si quieres algo, tienes que luchar para conseguirlo, cueste lo que cueste.
Sólo son sueños, sueños que no sabemos si se cumpliran, pero si queremos que se haga, debemos de luchar. Todos tenemos algún que otro sueño, algún deseo, alguna esperanza, pero si nos quedamos con los brazos cruzados, no se cumplirá. Mejor haberlo intentado, que quedarse en el intento, ¿no es verdad?
Y si a la primera no sale bien, no te rindas, tarde o temprano lo conseguirás con esfuerzo y voluntad.