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miércoles, 15 de junio de 2011

Como cuando a un niño se le escapa su globo, o cuando se detectan enfermedades día a día. Como cuando el mar se queda sin peces, o cuando se borran las huellas del camino. Como cuando una margarita se queda sin pétalos, o cuando el cielo se queda sin estrellas. Así me siento yo cuando nos enfadamos y discutimos. La verdad es que no me gusta estar así siempre, tener que ahogarme en mis propias lágrimas, tener que estar sufriendo siempre. Pero, ¿sabes qué es lo bonito de todo esto? La reconciliación. Me encanta cuando lo arreglamos todo, vuelvo a sonreír y vuelvo a ser feliz. La verdad es que tú me lo has dado todo sin pedirme nada a cambio. Me estás tratando como nadie nunca me había tratado, y te doy las gracias por todo lo que haces por mi. 
Sé que no soy como te gustaría que fuese, pero nunca llueve a gusto de todos. Espero que tengas paciencia, todavía me queda mucho que cambiar..Yo seguiré demostrándote mi amor hacia a ti y seguiré luchando para que permanezcas a mi lado. ¡Te amo!